Mientras viaja encontrará muchos países, está perfectamente bien que las personas inviten a los que acaban de conocer a su lugar o que los ayuden (incluso a salir de su propio camino). En algunos lugares es casi descortés no hacerlo. Un par de ejemplos:
Una pareja que conocí en Vianden, Luxemburgo, sabía que tomaría el autobús y el tren de regreso a la ciudad de Luxemburgo por la mañana. En cambio, me sugirieron que fuera a ver el castillo, y luego nos volveremos a ver a media mañana. Guardé mis maletas en su automóvil y luego volvimos a la ciudad de Luxemburgo, a través de un puesto de observación y algunas de las pequeñas ciudades locales. Estaba fuera de su camino, pero estaban felices de mostrarme y ayudarme.
Uzbekistán: un chico que acababa de conocer me invitó a su ciudad y me quedé en su casa, que compartía con sus hermanos. Compartieron la cena conmigo, miramos fotos y me prepararon una cama / colchón al aire libre, lo cual fue increíble, durmiendo bajo las estrellas. Y luego, al día siguiente, me ayudaron a encontrar los bancos, las paradas de taxis, etc. necesarios para llegar a la siguiente ciudad, e incluso visitamos juntos un museo de arte y fuimos a desayunar a la casa de sus padres, quienes también me dieron la bienvenida. Muy hospitalario.
Una pareja francesa e inglesa que conocí en Asia Central (estaban en bicicleta), llegarán a Nueva Zelanda la próxima semana. Me enviaron por correo un equipo para acampar y dormir, y lo recibo porque no tenían dirección postal. Claro que podría venderlo en Ebay, pero en vez de eso podré ponerme al día con ellos nuevamente y ayudarlos en su viaje por el país.
Claro, algunos podrían ser dudosos. Algunos querrán dinero, algunos querrán ... otras cosas. Pero abrumadoramente, las personas son amigables y orgullosas de su país, y están complacidas de que los visitantes hayan venido a verlo. Si pueden ayudar a que sea una mejor experiencia, lo harán.