Mis padres tienen dos perros, ambos son bastante viejos y enfermos. Hay muchas posibilidades de que tarde o temprano se tome la decisión de poner a dormir a uno de ellos.
Queremos que sea lo más fácil posible para el otro perro, para que comprenda lo que estamos haciendo. Sin embargo, nos preocupa que el perro desarrolle un miedo hacia el veterinario, o peor, hacia nosotros, si dejamos que se una al procedimiento.
Si bien podríamos conducir a la clínica veterinaria, el veterinario ya acordó venir a nuestra casa si es necesario. Si bien preferimos lo posterior, todavía no sabemos en qué momento debemos permitir que el otro perro se una (después o durante la eutanasia).
¿Cómo podemos hacer que este procedimiento sea lo más fácil posible?
Respuestas:
Teníamos dos gatitos de rescate, un hermano y una hermana. La hermana desapareció (se cayó del balcón y luego murió). Su hermano iría al balcón día tras día maullando por ella. Fue muy triste
Si el perro atiende mientras el veterinario realiza el procedimiento, no puede procesar esta situación. Es un ser humano que entra y le hace algo al perro y al perro que muere. No hay nada que ganar de este aspecto. No quieres que tu perro tenga una mala asociación con el veterinario. Incluso si el perro fuera a asistir después del procedimiento, habría olor a veterinario y productos químicos, y no sería una buena asociación.
Entonces, ¿cómo conciliar la necesidad de pérdida de los perros, sin causar una mala asociación con los seres humanos?
Sugeriría que saquen al perro de la casa y lo hagan en la práctica del veterinario. El perro se afligirá (como lo hizo nuestro gato), pero finalmente aceptará que el otro perro no regresará.
Sugeriría entonces darle al perro sobreviviente más atención y afecto en los meses siguientes.
Este es mi consejo, y no creo que haya una mejor manera de proceder.
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