Según el San Francisco Chronicle, alguien está dejando albóndigas envenenadas alrededor de San Francisco , aparentemente en un intento de envenenar a las mascotas u otros animales.
Las albóndigas se colocaron en cocheras, detrás de huecos de escaleras, a lo largo de bordillos y en setos y arbustos, lugares donde es más probable que los perros los descubran que los humanos. Estos estaban increíblemente bien escondidos. Las albóndigas se entregaron al Departamento de Policía de San Francisco, que las analizará para determinar si son venenosas.
"Hay una alta probabilidad", dijo el Departamento de Policía. "Se ven muy similares a los encontrados el año pasado".
En julio pasado, un perro salchicha de 7 años murió y otro perro se enfermó gravemente después de comer albóndigas que la policía cree que estaban llenas de estricnina. La policía nunca localizó a la persona responsable de las albóndigas mortales.
Hago todo lo posible para estar atento cuando paseo a mis perros con sus correas (rara vez se les quita las correas; solo de vez en cuando cuando van a la casa del vecino 3 puertas más abajo; se quedan a mi lado). Desafortunadamente, ocasionalmente recogerán algo escondido en la hierba y se lo comerán antes de que pueda decir qué era.
¿Cómo pueden los residentes de San Francisco sentirse seguros paseando a sus mascotas cuando aparentemente alguien está afuera para envenenarlos?
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Respuestas:
Hay muchos letreros colocados para advertir al público.
Las respuestas a ¿Cómo evito que mi perro coma cosas que encuentra durante nuestras caminatas? son bastante relevantes para esta situación.
De acuerdo con los artículos:
1) Las ubicaciones incluyen, entre otras:
2) Las medidas preventivas que puede tomar incluyen:
3) Si encuentra una albóndiga (o trozo de carne ):
El tipo de veneno para el incidente de febrero de 2014 no está confirmado, pero la situación es similar a la del incidente de julio de 2013. Si conoce información para ayudar en la investigación, puede llamar a la línea de información anónima del departamento de policía al (415) 575-4444.
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He visto bozales de nylon o tela disponibles (por menos de 10 dólares) que harían imposible que su perro se atornillara la comida en los paseos y sería más seguro que esperar que pudiera retenerlos con una correa corta.
Como dueño de un gato, no sé lo fácil que es entrenar al perro para que lo use, pero dadas las circunstancias, esta sería una opción que vale la pena probar si estuviera en el área.
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